El Smart Factory es una parte esencial de la digitalización en la industria. Las plantas de producción, los sistemas logísticos y los productos deben intercambiar información de forma independiente entre sí para que el entorno de producción sea lo más auto-organizado posible.
Para ello, las máquinas y productos implicados requieren una conexión de los componentes mecánicos y electrónicos con un software o unidad de información para participar en una red de intercambio de datos.
El hombre ya no forma parte de la producción, sino que controla y optimiza los procesos de producción.
Esto asegura que la producción y la logística se controlen en tiempo real según sea necesario, que los recursos se gestionen de forma más eficiente y que se reduzcan los costes de producción.
Una Smart Factory requiere algunos requisitos previos operacionales y técnicos para permitir la conexión en red deseada y el intercambio de datos en tiempo real.
Los principales elementos tecnológicos son el Internet de banda ancha rápida, las aplicaciones de grandes datos y la computación en la nube, las interfaces hombre-máquina y los sistemas ciberfísicos.
La Smart Factory ya se está utilizando en subsectores de varias industrias, la más avanzada es la industria del automóvil. Especialmente la robótica inteligente, los aviones no tripulados y los relojes inteligentes (como interfaz hombre-fábrica) ya se utilizan con éxito.
Sin embargo, todavía hay algunas preguntas y problemas abiertos. Entre ellos figuran cuestiones jurídicas, así como la protección de datos, el uso de tecnologías normalizadas, las preocupaciones por la seguridad y la vulnerabilidad del sistema.
El Smart Factory es una parte esencial de la digitalización en la industria. Las plantas de producción, los sistemas logísticos y los productos deben intercambiar información de forma independiente entre sí para que el entorno de producción sea lo más auto-organizado posible.
Para ello, las máquinas y productos implicados requieren una conexión de los componentes mecánicos y electrónicos con un software o unidad de información para participar en una red de intercambio de datos.
El hombre ya no forma parte de la producción, sino que controla y optimiza los procesos de producción.
Esto asegura que la producción y la logística se controlen en tiempo real según sea necesario, que los recursos se gestionen de forma más eficiente y que se reduzcan los costes de producción.
Una Smart Factory requiere algunos requisitos previos operacionales y técnicos para permitir la conexión en red deseada y el intercambio de datos en tiempo real.
Los principales elementos tecnológicos son el Internet de banda ancha rápida, las aplicaciones de grandes datos y la computación en la nube, las interfaces hombre-máquina y los sistemas ciberfísicos.
La Smart Factory ya se está utilizando en subsectores de varias industrias, la más avanzada es la industria del automóvil. Especialmente la robótica inteligente, los aviones no tripulados y los relojes inteligentes (como interfaz hombre-fábrica) ya se utilizan con éxito.
Sin embargo, todavía hay algunas preguntas y problemas abiertos. Entre ellos figuran cuestiones jurídicas, así como la protección de datos, el uso de tecnologías normalizadas, las preocupaciones por la seguridad y la vulnerabilidad del sistema.
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